Los otros trabajadores del Teatro Real:
Muchas
personas trabajan a diario en el Teatro Real bajo condiciones precarias. El
personal de taquillas, absorbido hace poco por Sasegur, realiza jornadas
partidas que le modifican sin previo aviso; trabajan festivos que no les pagan
ni compensan en tiempo y su sueldo está solamente 20€ por encima del Salario Mínimo
Interprofesional. Además, les obligan a renunciar a cualquier representación
sindical y no cobran plus por "quebranto de caja", como habitualmente
hace el personal que tiene esa responsabilidad. La azafata está contratada por Colavoro,
con iguales derechos reducidos que el colectivo de taquillas y cobrando la
nocturnidad incrementada solamente en 50 céntimos/hora. Los acomodadores, también
con esta empresa, cobran 250€ brutos por 60 horas mensuales (horas que si no
llegan a hacer por algún motivo le deben a la empresa). Perciben 4'50€ por cada
extra y se les ordenan algunos trabajos que están fuera de sus cometidos.
El personal
de seguridad hace jornadas diarias de hasta 12 horas, también modificadas sin previo
aviso y ganando menos de 1000€/mes, con extras y festivos mal pagados.
Parecidos salarios tiene el equipo de limpieza, con contratos diferentes para
cada trabajador/a (como es propio de Clece), sus condiciones han empeorado desde
que es ésta la empresa contratante. Ocasionalmente les reclaman también trabajos
ajenos a sus funciones, al igual que a los compañeros de mantenimiento. Estos
últimos, actualmente contratados por Moncobra, al igual que todos estos
colectivos han visto en pocos años muy reducida su presencia en el teatro, y
como la mayoría de personal externo tienen contratos por obra o servicio,
aunque lleven años trabajando en este centro.
Es evidente la
falta de personal propio y ajeno, así como la poca capacidad para acometer algunos
incidentes ya sucedidos; ante esos casos, la actuación de la FTR suele ser sancionar
a compañeros, sin reconocer sus carencias ni asumir responsabilidades propias
en los mismos. Demasiadas empresas contratan por debajo del servicio que piden
a sus trabajadores, deteriorando con ello la respuesta que éstos pueden llegar
a dar. Ahora que el teatro acoge a diario a numerosos visitantes, ¿qué pasaría de
tener que evacuar el edificio con público? Gran parte de ese compromiso y de solucionar
muchos otros incidentes recae precisamente en personal externo: ¿cuánto paga la
Fundación a esas empresas por sus servicios? ¿Le llega a cada trabajador/a lo
que le corresponde? En caso contrario, ¿dónde se queda lo que falta? ¿Acaso desconoce
el TR todas las irregularidades que se reflejan en este escrito, u obtiene
algún beneficio fomentando la precariedad laboral en el sector? Denunciamos que
todos los colectivos mencionados no hayan sido plantilla propia del teatro desde
su reapertura y continuamos reclamando que sean contratados por la FTR sin más intermediarios,
pues hacen labores directamente relacionadas con la entidad y los espectáculos
que ésta programa.
Madrid, enero de 2016
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